lunes, 4 de enero de 2016

Política y Violencia. Aproximación a las cualidades represivas del Estado. (Eduardo García Cruz)


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Ponencia dictada por el C. Eduardo García Cruz, egresado de la Licenciatura en Filosofía de la FFyL de la UNAM, el día 9 de diciembre de 2015, como parte de la primera mesa "Retos de la política en México frente a la violencia" del Octavo Coloquio de Reflexión Filosófica en México denominado Violencia en México: Estado fallido ante el crimen organizado.



*Eduardo García Cruz: actualmente se encuentra en proceso de titulación con la tesis Filosofía de la violencia. Fundamentación de la violencia positiva como propuesta transformadora de la realidad mexicana. Asimismo es cuentista ocasional en la revista popular "Navío"



sábado, 7 de marzo de 2015

Contribuciones de la teoría feminista decolonial. La Crítica de los universales.


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Ponencia dictada por la Arqueóloga, egresada de la ENAH, Rosa María Alcántara  Toledo, en el Séptimo Coloquio de Reflexión Filosófica en México que se realizó a finales del 2014.





miércoles, 11 de febrero de 2015


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Aquí les compartimos uno de los textos presentados en el Séptimo Coloquio de reflexión filosófica en México:


LA COLONIZACIÓN FILOSÓFICA EUROPEA
Y LA CRIMINALIZACIÓN DE LA TLAMACHILIZTLI

Mtro. José Luís García Espíndola
18 de diciembre de 2014

El pensamiento filosófico que nace como una reflexión acerca de los espasmos de barbarie y el uso de la violencia como elemento natural del poder, ha forjado líneas históricas de pensamiento que desde Europa, ha fundado formas políticas y jurídicas motivadas por el surgimiento de la civilización occidental, desde la Polis, hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos.  Así en el valle de México, antiguas civilizaciones tales como Teotihuacan, Tula y Tenochtitlan –sólo por nombrar las más destacadas-, desarrollaron pensamientos filosóficos del todo incomprendidos para los colonizadores europeos del medioevo, que hasta hoy son una cripta cerrada en los archivos genéticos del mestizo mexicano que ha olvidado que su sangre alberga principalmente cromosomas indígenas. La predeterminación de la ideología religiosa, hizo de los españoles católicos adoradores absolutos de figuras divinas, una muralla ideológica que les impidió apreciar efectivamente las categorías empleadas por los filósofos precuahtémicos (tlamatinimeh), que fueron confundidos con sacerdotes o brujos. En el fondo este es un problema hermenéutico, fundado en el fanatismo religioso de los peninsulares del siglo XVI, que forjó la imposición del etnocentrismo castellano en México, al pretender eliminar cualquier tipo de evidencia arqueológica de la filosofía ancestral del Anahuak (nombre anterior que se le da a la extensión territorial que hoy se conoce como América del norte –axan Anahuak –del náhuatl: desde aquí Anahuak, (hoy Alazka) y Mesoamérica Nikan Anahuak – del náhuatl, hasta aquí Anahuak (hoy Nicarahua)).
Este ensayo filosófico se compone de tres tiempos, el primero es un marco conceptual en torno a la colonización filosófica y el etnocentrismo europeo, como categorías empleadas de acuerdo a un solo sentido de interpretación univocista, que impone su pensamiento  universal. El segundo apartado, es una puerta al pasado filosófico de México desde una interpretación equivocista, que rechaza el planteamiento universalista para dar prioridad a los elementos multivocistas, en donde es permitida la multiplicidad de voces que surgen de aquellos sujetos que se interpretan a sí mismos a partir de su identidad indígena arraigada en el pensamiento filosófico náhuatl. El último capítulo es un análisis acerca de las consecuencias  de la imposición por la fuerza del pensamiento etnocentrista en América y sus repercusiones violentas en formas de discriminación y criminalización de las etnias originarias de México.
1.    La colonización filosófica y el etnocentrismo europeo.
En este ensayo se entiende a la colonización filosófica, como aquella imposición de un pensamiento que es válido y único en torno a categorías tales como la verdad, la razón, el saber y el ser, sin que pueda existir algún otro tipo de concepción, de expresión ideológica o filosófica, ajenas a su propio sistema universal de inclusión, que se funda con la fuerza y se conserva con el miedo, es decir, cuando una cultura domina con el uso de la violencia física la predeterminación psicológica, que es al mismo tiempo: i) una imposición de pensamiento filosófico y ii) su conservación, a partir de la criminalización de las formas de pensamiento que le antecedieron.
En El giro hermenútico, Gadamer menciona que “es sin duda cierto, que la filosofía, bajo cuyo signo nos encontramos aquí, surgió total y completamente en Europa” (p.220). En este sentido, las expresiones filosóficas que pudieran provenir de otro sistema, ajeno al pensamiento impuesto por la dominación europea, serán descalificadas, puesto que el etnocentrismo es un trastorno psicosocial, que conduce a un laberinto en el que todas las salidas son arquetípicamente violentas, causantes infalibles del deterioro del colectivo social.
La imposición de las líneas de pensamiento del ente social mediante el uso de la violencia, fue el modus operandis del imperialismo europeo y la expansión de la filosofía occidental, por ser el único elemento reconocido por las universidades del viejo continente, como medio válido de hacer filosofía, es decir, que el pensamiento europeo se había expandido a la par del uso de la espada, puesto que la colonización europea no sólo fue militar, también fue conceptual, el imperialismo no sólo destruyó civilizaciones, ciudades y tribus, también exterminó las múltiples formas de entender el saber.
El avance del univocismo europeo dejó ruinas arqueológicas en todo el mundo, al mismo tiempo que fundo registros genéticos que heredaron líneas ideológicas etnocentristas que se expandieron junto con la construcción de la concepción única del saber, como un castillo de piedra en lo alto de la colina de la razón, que distingue un solo elemento de concepción del sujeto y cosifica su pensamiento como un objeto de estudio para la propia razón, predeterminada por el eurocentrismo colonial imperialista, arraigado al racionalismo universal de occidente que se fundamenta en una lengua imperial como el elemento primordial del control social virreinal, multinacional o trasnacional.  
2.    La tlamachiliztli, una puerta al pasado filosófico de México.
La obligación de escribir en castellano para ser entendido en las universidades e instituciones académicas mexicanas, no deja otra alternativa al filósofo nahuahablante, que la de apegarse a las etimologías y los conceptos de la filosofía europea, sin embargo hay ciertas palabras en la lengua materna tolteca, que por su contenido simbólico, son códigos para desencriptar el pensamiento originario. En este sentido es pertinente aclarar que la etnia nahua, surgió a partir de mitos multivocistas, en el que diversas figuras mitológicas intervienen en la antropogénesis, la  concepción del hombre es una decisión de muchos (no del Uno), muy contraria a la visión univocista del monoteísmo, en la cual la verdad es absoluta y la razón es única. En tanto que, en el pensamiento originario no existe una causa primera, sino múltiples causas que configuran una constelación de matices y tesituras para interpretar al cosmos, con fundamento en la intersubjetividad, del reconocimiento mutuo entre lógicas distintas, que privilegian el criterio de la particularidad, así se distinguen las categorías en las que se fundamenta la filosofía anahuaka.
Para ilustrar tal concepción, es pertinente acudir a la propia lengua náhuatl, a través del vocablo tlamachiliztli, que en su traducción más habitual es sabiduría, ¿no es precisamente la sabiduría aquello que ama el filósofo?  Il sapere, el saber, aquel eslabón que sujeta al sapiens con el homo, con una cadena existencial, que saborea la concepción del si mismo contemplado en la naturaleza filosófica de la razón. El saber, en tanto estructura cualitativa del homo sapiens, es una lógica que nace del logos, distinguido como la razón proferida en el habla, que se traduce como la cumbre de la dinastía del racionalismo y su determinismo en el pensamiento occidental, por lo que resulta indispensable, extraer de las criptas de la lengua nahua-tolteka, la concepción categórica de la tlamachiliztli, a partir de la palabra saber en una lengua no europea, para derribar los pilares neurolingüísticos etnocentristas de la filosofía de cuna grecolatina, que se funden con la violencia, cuando contiene en sí el rechazo a todo aquello diferente a la existencia -encadenada al altar de sacrificios-, que rinde culto profético al saber que sólo puede emerger de la razón única, templo en el que se sacrifican tanto las individualidades como las multiplicidades del pensamiento multivocista.   
En la lengua náhuatl, mati significa saber, y puede usarse también como el verbo saborear (al igual que el verbo sapere).  Interesante es: que i) saber y ii) sentir  usan la misma raíz: mati, lo que permite a la filosofía nahua partir de dos categorías en las que el ser se entiende, no solamente a partir del pensamiento, sino también del sentimiento, puesto que saber y sentir están ligados dialécticamente, para concebir al ser desde la superación hasta la conservación de lo que se entiende ontológicamente, esto sucede en dos sentidos, pero con un mismo rumbo: i) el saber-razón y ii) el saber-sentir, un acontecimiento dialéctico que permite interpretar la totalidad del sujeto no en una u otra significación, sino simultáneamente, es decir en ambas concepciones de tiempo y espacio, lo que permite entender la síntesis ontológica como propuesta originaria de la tlamachiliztli nahua, a partir de una hermenéutica que propone interpretar al sujeto desde la integración de estas dos categorías ontológicas, al  conciliarlas en la sabiduría, tanto a la razón  (del objetivo univocista), como con el sentir, característicos del criterio de autenticidad  (de la subjetividad multivocista).    
3.    La satanización de la tlamachiliztli y la criminalización de la filosofía náhuatl.
La Santa Inquisición de la Nueva España, fue la encargada de perseguir la herejía en los territorios invadidos durante el siglo XVI, bajo figuras jurídicas auspiciadas por el Tribunal del Santo Oficio, que ligaba de jure a los reyes católicos de España, con el papa en Roma, para el dominio político y espiritual del “nuevo mundo”, en el fondo ambos tenían como objetivo exterminar todas las formas de pensamiento antiguo e imponer por la violencia el univocismo europeo del medioevo. La quema de bibliotecas (amoxcaltin), de libros (amoxtin) y finalmente de personas, fueron acontecimientos que sistemáticamente  borraron la filosofía precuauhtémica, para fundar un nuevo pensamiento que se arraigaría en las profundidades del inconsciente colectivo, una teología política monoteista, fundada en el castigo y en el uso de la fuerza.  El individuo en Anahuak fue negado, el sujeto indígena fue pulverizado ante el universalismo romano, católico y apostólico, pues mientras que los soldados asesinaron el individualismo con la espada, los frailes aniquilaron la tlamachiliztli con su pluma, al encarcelar las categorías filosóficas tras los barrotes de las conceptualizaciones religiosas forjadas en castellano, para cortar las lenguas, tanto en cada una de las bocas como en la voz que hoy clama en la conciencia de los pueblos originarios.
Los siglos no pasaron en vano y las repercusiones de tales acontecimientos son catastróficas, en términos de la falta de reconocimiento hacia las distintas expresiones filosóficas endémicas de México, que no son tomadas en absoluto en cuenta por las instituciones contemporáneas. Para enseñar  filosofía, se acude a Hegel y a Aristóteles, pero muy poco a Nezahualcoyotl o Ahuízotl, ¿por qué, si su pensamiento es definido y construido a partir de conceptos, tales como el reconocimiento (tloque nahuaque)  y la autopoiesis (moyokoyani)? El problema radical es que los españoles interpretaron desde el monopolio de la predeterminación de su pensamiento religioso y confundieron con dioses toda categorización metafísica. Hoy, la reinterpretación realizada desde los criterios de la hermenéutica multivocista, recupera las categorías filosóficas precuauhtémicas que aparecen enjauladas por las palabra castellanas, que fueron enclaustradas en conceptos religiosos bajo el nombre de deidades o divinidades, por lo que es la propia filosofía nahua la llave de sus mazmorras medievales, para liberarlos de sus celdas inquisitoriales, y entonces presentarlos, como elementos de una constelación de categorías filosóficas originalmente precuahtémicas, que dan autenticidad y definición a una cultura ancestral con representantes vivientes, en etnias descendientes, que habitan el México de hoy, lo que facilita la interpretación y abre la puerta a una hermenéutica dirigida por los propios criterios lingüísticos nahuas, para rescatarlos de la prisión histórica que le han impuesto los monjes de aquella ideología-lenguaje, construida por las estructuras monoteístas de pastoreo y de control social, fundamentadas en el modelo de dominación-explotación.
4.    Consideraciones finales.
Para cerrar este ensayo es prudente preguntar si en México ¿ha concluido el régimen inquisitorial? Para dar respuesta, es necesario plantearse dos perspectivas: i) de jure, acerca de la cual pueden existir argumentos que afirman haber superado dicho modelo medieval, en términos de modernización de la codificación jurídica e institucionalización política. Sin embargo ii) de facto, parece muy lejos de haber sido superado, pues prevalece, no sólo un linaje genealógico de la tortura -que no ha sido interrumpida desde la colonia, como un método, tanto de obtención, como de producción de la verdad jurídica-, sino como la permanente constante de un proceso de  criminalización sistemática hacia las formas de expresión de la tlamachilliztli, que como se ha dicho, no sólo comprende su saber racional, sino también su saber sentimental, en el que los cuerpos son, precisamente los receptáculos de dicho saber, por tal motivo las expresiones corporales -tales como la danza y su eterna aliada la música-, permiten acceder al lenguaje encriptado en el saber del cuerpo, que está más allá del conocimiento de la anatomía o la fisiología. Superar al saber en su categoría exclusivamente racional, significa liberarlo hacia su manifestación vivencial que da paso a la representación subjetiva, que rompe con las cadenas del lenguaje hablado (logos) para dejarlo libre en su manifestación corporal, alejado de los vínculos de aquello que ha pretendido históricamente presentarse como validez universal. 
Hoy las formas de expresión que se recuperan en las prácticas de la tradición filosófica nahua, son reprimidas hasta en sus propios templos, tales como Teotihuacan o Malinalco, en donde la experiencia indígena es criminalizada, menospreciada, como un pensamiento minusválido, inferior a las formas occidentales de racionalización del ser.  Realizar prácticas indígenas en centros ceremoniales son motivos de represión por las fuerzas de seguridad, como conductas prohibidas que se equiparan con crímenes, debido a la interpretación que hacen los aparatos represivos del Estado.
Lo que en antaño fue colonización, ahora la inercia lo manifiesta como criminalización, de la negación de la cultura que no acepta la conciliación con el saber-sentir, porque el sentimiento está atado con el dolor, porque la sensibilidad asusta al débil de espíritu, es decir, de aquel que teme la muerte, porque tiene miedo de sentir el dolor de su raza y le da la espalda, porque llega tan profundo el dolor al que puede acceder con su recapitulación, como el momento en que las tres carabelas de Colón arribaron para  dar inicio a la masacre de aborígenes americanos, lo que continuó con su despersonalización, su desubjetivización, y así, se pudo dar paso a la universalización del colonialismo occidental, colmado de violencia, atiborrado de baños de sangre indígena, misma que aun duele en el sentir del alma mexicana, pues desde la masacre de Toxkatl en 1520 ,hasta Ayotzinapa en 2014, la historia reabre la herida profética del  eterno retorno, manifiesto en las masacres mexicanas, que reaparecen cíclicamente con el transcurrir del tiempo, como un oleaje de sangre que no cesa nunca, por lo tanto es más fácil anestesiar el dolor que sentirlo, es preferible ocultarlo que vivirlo.

Estos son los motivos por los que se prefiere el claustro del aula, para la exposición en castellano del saber-razón en los recintos académicos de las universidades mexicanas, que sólo replican modelos monásticos, pues el saber-sentir, es tan doloroso, que es preferible mantenerlo encadenado y oculto en las mazmorras de la lengua náhuatl, alejado de todo programa académico oficial en México, para que no irrumpa en los templos de la razón universal (de la lógica unívoca), con las lenguas originarias multivocistas, que permitan recuperar todas las voces de una raza autóctona, que pretendió ser aniquilada por la colonización. Así, con la misma fuerza de lo reprimido se predispone a encarnar al eterno retorno en el impulso de la barbarie y del derrame de sangre inocente. Por lo que, si se sublima en la palabra de la cultura originaria, en el reconocimiento de la diferencia, en el entendimiento de las redes multiculturales y transculturales, que se entretejen para contener a la violencia que emerge de las profundidades del inconsciente, como un impulso perpetuo de represión, entonces la respuesta ante la crisis de violencia perpetua en México viene desde su propia raíz cultural, desde el origen mismo del sujeto indígena que habita en cada mestizo, que es capaz de reconocer su individualismo integrado a la colectividad, al apreciar las diferencias como cualidades de las cuales se puede prosperar y no como criminalidades que se deban reprimir.

Dana

Dana
1er Congreso Internacional de Filosofía y Educación en México

Participación del Seminario en el Congreso en Tulancingo de Bravo, Hidalgo.

Participación del Seminario en el Congreso en Tulancingo de Bravo, Hidalgo.

CONVOCATORIA

CONVOCATORIA

Programa de actividades para el Semestre 2012-2

Presentan: Programa de Actividades para el Semestre 2012-2

Tema: “Reflexiones en torno a ¿Qué es el mexicano? El Grupo Hiperión

Justificación:

Para los miembros del Seminario de Filosofía en México (FES Acatlán) resulta de profunda necesidad, el abordar las temáticas y obras del denominado “Grupo Hiperión”.

Objetivos:

Los objetivos han sido el conocer e iniciar la reflexión en torno a la Filosofía en México en nuestra Facultad de una manera formal; profundizar en los temas que se han abordado y se abordarán durante las sesiones del Seminario de Filosofía en México; construir un criterio propio que nos permita encarar la realidad mexicana actual, al comprender los derroteros en este camino de la filosofía en México y, también, nuestros como aprendices. Máxime que se trata, como las anteriores, de una etapa histórica imprescindible para todo aquél que desee conocer la Filosofía en México: la del “Grupo Hiperión”. Como epílogo, a las reuniones del Seminario y para dar a conocer nuestras investigaciones, está contemplado realizar el Quinto Coloquio de Reflexión Filosófica en México, que tentativamente será en mayo del presente año.

Procedimiento:

La manera de trabajar en el Seminario, como normalmente ha sido, será reunirnos cada 15 días en el edificio A-8, salón A-8104, de 15 a 17 horas, de la FES Acatlán, en el que se darán lugar análisis, lecturas y/o exposiciones de los textos más relevantes del Grupo Hiperión.

Fechas:

febrero 10 y 24

marzo 9 y 23

abril 6 y 20

mayo 4 y 18

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA:

· Paz, Octavio, El laberinto de la soledad. FCE. México, 1990

· Portilla, Jorge, “La fenomenología del Relajo y otros ensayos” F.C.E., México, 1984.

· Uranga, Emilio, “Análisis del ser del mexicano”, Porrúa y Obregón, México, 1952.

· Villegas, Abelardo, “La filosofía de lo mexicano” UNAM, México, 1960.

· Villoro, Luis, El proceso ideológico de la revolución de independencia, México: UNAM, 1953.

· Zea, Leopoldo, “Conciencia y posibilidad del mexicano” Editorial Porrúa, México, 2001

· ___________, “La Filosofía en México”, Libromex, México, 1955.

Calendario de las trece Lunas

Poema de Netzahualcóyotl recitado por Santos de la Cruz

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